– Escrito por Paul Hicks originalmente en el blog de Coffeelands-
Me encontré en una conferencia de agua #uncwaterandhealth en la Universidad de Carolina del Norte (Chapel Hill) con unas 700 personas increíblemente brillantes, todos tratando de resolver cómo mejorar la gestión del agua. Un gran lugar para aprender.
Aunque se compartían tantas buenas ideas, me sorprendía que fueran tan pocos los profesionales e investigadores del agua que hicieran la conexión entre el desafío de asegurar el abastecimiento de agua potable y el manejo sostenible del suelo.
Nature Conservancy publicó un trabajo llamado Proyecto de Agua Urbana (Urban Water Blueprint, en inglés), en el que afirmaban que “El mayor potencial para obtener agua para las ciudades está en mejorar el manejo de las tierras agrícolas“.
Esto coincide con la sabiduría de Jennie Barron (ex-SEI, ahora del Instituto Internacional de Manejo Hídrico), cuya influencia en la estrategia de CRS para agricultura y agua en Latinoamérica ha sido importante. En un gran artículo de hace unos años, dijo: “Gestione el Suelo para gestionar el Agua” (y puedes consultar nuestra traducción al respecto).
El vínculo entre la agricultura, los suelos y el agua es lo que hace que el café sea tan importante para la seguridad hídrica en los cafetales alrededor del mundo. No hay mejor sistema agrícola que la agroforestería cafetalera para las funciones de la cuenca.
Lo que queda por hacer es la importante incidencia y los estudios necesarios para presentar el caso ante formuladores de política y otros tomadores de decisión.
La foto anterior la tomó mi colega Chris Seremet, ingeniero hídrico con CRS. A la mayoría (incluyendo los expertos de café) les sorprende ver café saludable (y de alta calidad) cultivado entre pinares. Se encuentra en una cuenca crítica del sur de Honduras, fuente de agua para un pueblo aledaño de Marcala. Para que funcione el café bajo estas condiciones normalmente ácidas hay que hacer un buen manejo de suelo: extra de cal y cobertura vegetal.