-Escrito por Nancy Georgina Camacho Rojas; Cosecha Azul, Bolivia-
El departamento de Cochabamba es un territorio que de manera permanente es azotado por sequías que provocan escasez de agua y por tanto afectan los sistemas de vida, la producción agropecuaria, la salud humana y animal y el equilibrio de ecosistemas frágiles. Para la gestión 2016, la Gobernación informó que 30 de los 47 municipios del departamento estuvieron afectados por la sequía, entre ellos los municipios de Tiquipaya, Vinto y Quillacollo que reciben agua de la Cordillera del Tunari, los cuales perdieron del 30% al 50% de su producción; debido a que los acuíferos no fueron recargados y las vertientes y lagunas sólo almacenaron de 30 a 50% de agua (Periódico “Los Tiempos”, 2016). En otros tiempos, estos municipios podían jactarse de la humedad que los caracterizaba y su potencial productivo bajo riego con agua proveniente de la cordillera.
De igual modo, Christian Burgos, comunicador del periódico Los Tiempos, en su artículo visualiza que la fauna silvestre atraviesa por procesos migratorios, cambio de habitad y de consumo; por ejemplo las zarigüeyas (Didelphimorphia sp.) que habitan en el Parque Nacional Tunari, se desplazan hasta el área urbana de la ciudad en busca de agua y alimentos.
Ciertamente, estos últimos años el acceso y uso del agua expresa demandas muy elevadas. Más sin embargo, diariamente se conocen despilfarros y contaminación del líquido elemento por su uso ineficiente y mala gestión por parte de la industria o la minería, que generan efluentes tóxicos, los cuales requieren tratamientos costosos para su purificación y reutilización. Además, algunas personas desperdician mucha agua en actividades agrícolas e incluso en el uso doméstico y recreativo.
En este marco, estamos obligados a generar iniciativas desde la ciudadanía con el apoyo y compromiso de las autoridades que prioricen la inversión para la reutilización y saneamiento del agua que contamina ríos, lagunas, aguas subterráneas y vertientes; para la construcción y modernización de infraestructuras de riego y de consumo humano; y para la innovación tecnológica que aminore las pérdidas, mejoren la calidad e incrementen la cantidad de agua, y reduzcan los efectos del cambio climático.
Es importante también, la generación de procesos que conciban políticas públicas para la gestión integral y sustentable del agua, así como el acceso equitativo a redes de saneamiento y servicio de agua potable. Estos servicios están enfocados principalmente a zonas urbanas y no así a las zonas periurbanas y rurales donde el agua se obtiene a través de vertientes, ríos, camiones cisterna y pozos artesanales, lo que hace que la calidad y cantidad de agua no sean las adecuadas.
Todavía es ineludible la generación y el fortalecimiento de sinergias interinstitucionales público/privadas para aunar esfuerzos que promuevan inversión, investigación e innovación tecnológica para la gestión integral y sustentable del agua.
En este momento, con el proyecto Cosecha Azul, en las sub cuencas Collpa y Keraya del municipio de Vinto, departamento de Cochabamba-Bolivia; pretendemos contribuir con la protección y restauración de ambas subcuencas; profundizando en el fortalecimiento organizativo y dinamizando procesos de Incidencia política. Hoy más que nunca queda justificado que el “agua es vida”, y que la necesidad de “criarla y cuidarla” es fundamental; porque ha empezado a escasear y se están generando conflictos sociales y ambientales en los espacios comunal, municipal, departamental, nacional y mundial. Aún estamos a tiempo para redoblar esfuerzos en la crianza del agua para la vida.
Nancy Georgina Camacho Rojas, es Técnico de la Fundación AGRECOL Andes, del Proyecto Cosecha Azul Cochabamba-Bolivia