Esta fue la reacción de nuestro compañero Luis Álvarez Welchez en Honduras después de leer nuestro post del 13 de febrero Gestión de Suelos para la Gestión del Agua.
El suelo con su cobertura de rastrojos en la superficie, no solo ayuda a que el agua no se evapore
y haya agua para el sustento de las plantas en la agricultura de secano. El suelo con cobertura de rastrojo también ayuda a que no haya erosión y se aumente la infiltración para la recarga de los caudales. De esta manera, las áreas de cultivo se convierten en áreas de recarga acuífera. Además, el suelo con su cobertura de rastrojos también evita los riesgos cuando hay exceso de lluvia, que es otra de las consecuencias de la variabilidad climática que provoca eventos extremos en la región.
En este sentido, me gustaría resaltar que la sombra del café sin cobertura al suelo no retiene mucha agua. Hay que hacer énfasis en esto, porque la gente siembra árboles con el suelo desnudo. No solo los árboles, sino los árboles con la cobertura sobre el suelo, es la práctica que marca la diferencia.
Mi mensaje es un poco con el sentido de crítica frente a aquellos que han omitido el suelo, se han centrado en otros temas y han dejado olvidado este insustituible recurso. Tengamos en cuenta que hay más variabilidad y cambios en el suelo que en el clima. Por lo tanto, su importancia en el manejo de la adaptación al cambio climático es vital y transcendente para mantener el ciclo del agua y para la vida.
Después de muchos años de estar midiendo la humedad del suelo y sus bondades, me alegra empezar a escuchar mensajes claros sobre la importancia del suelo como principal reservorio de agua y como herramienta de adaptación al cambio y la variabilidad climática. Ojalá esto siga y se haga bien. Ojalá que no solo se convierta en discurso, como ha ocurrido antes.