-Escrito por Elizabeth Hurtado, responsable de comunicación en Alianza cacao-
“Yo no era amante de la agricultura, pero descubrí algo que es bien obvio y yo no sabía: la agricultura es el principal eje de la economía en el país y en el mundo. Algo que yo miraba de menos. El proyecto hizo cambiar mi pensamiento ciento ochenta grados. Empecé a valorar el esfuerzo del productor, ahora me encanta ver cómo se producen los alimentos, trabajar en la tierra… Todo ese cambio en mi vida empezó a ocurrir hace año y medio.”
Así comienza el testimonio de Sergio que participa en Alianza Cacao. Tiene 22 años, estudia Administración de Empresas y forma parte de la cooperativa Macahuita, en la isla Espíritu Santo, Puerto El Triunfo, departamento de Usulután. Nunca le interesó la agricultura; pero hoy es promotor para la producción de cacao, el fortalecimiento organizativo y un grupo de autoahorro y préstamos (GAAP).
“Querían un promotor en producción de cacao. Me preguntaron que si de manera voluntaria quería formar parte del proyecto. Me decían que yo iba a recibir muchas capacitaciones y a aprender mucho, eso fue lo que me llamó la atención.
Casi nunca me gustó la agricultura, siempre había querido el liderazgo, administrar, eso me gustaba: trabajar en la oficina. No me gustaban las cosas de agricultura o pasar haciendo cosas en la isla. Pero, dije: ‘lo voy a intentar’ y me reuní con el técnico de la zona.
Entré a conocer la producción de vivero y me empezó a interesar eso de la semilla del cacao, pues no se siembra como los demás cultivos, sino de una manera diferente. Lo que más me llamó la atención fue cuando me dieron los precios del cacao… cómo se procesa el cacao. Había productores a los que no les gustaba mucho, pero como yo era el promotor me atreví a venderles la idea, a hablarles de dinero para que se interesaran ellos un poco más. Logramos empezar a trabajar, en armar viveros, sembrar… Luego llegaron con el tema de fortalecimiento organizacional y también querían a alguien que apoyara ese tema y el presidente de la cooperativa me preguntó si yo quería formar parte.
La gente de la comunidad empezó a decirle a quienes preguntaban que hablaran conmigo, porque yo sabía. La gente pensaba que yo ganaba bien, no sabían que todo lo hacía de manera voluntaria, yo no ganaba dinero; pero lo que sí ganaba, y me parecía superimportante, era todo el conocimiento en las capacitaciones, en mi vida eso me va a servir mucho.
Según yo, el único ingreso con el que yo podía ayudar a mi familia era trabajando en una oficina, sin pensar que podía trabajar en algo que da más plata.
Otra cosa que me gustó, de la Alianza Cacao, es que está sembrando el cacao en sistemas agroforestales. Hace tiempos, vi en National Geographic un documental sobre el agua, de cómo se está acabando. También recuerdo en una clase de ciencias naturales (en el 2013), en donde el ingeniero en biología decía que en el 2020 era probable que ya no tuviéramos agua, porque el hombre se está encargando de deforestar. Cuando aquí vinieron a hablar de los sistemas agroforestales y le pregunté al ingeniero de qué se trata todo esto; me explicó para lo que sirven los sistemas agroforestales. Se vino a mi mente la clase del 2013, y pensé ‘todo esto va a contribuir para que se siga conservando el agua, para que se siga conservando el suelo, para que yo pueda comer’.
En ese momento, a mis 19 años, yo vivía engañado de lo que yo quería hacer, en este último año y medio yo me he dado cuenta de muchas cosas. He aprendido que el eje de la economía es el productor, la agricultura es tan importante en el país que debería practicarse más.
Ahora soy un joven que tiene conocimientos de liderazgo, organizativos y de agricultura. Por ejemplo, en mayo de 2016, me comunicaron sobre la metodología GAAP y fui a descubrir algo bien práctico con la educación financiera, temas vitales en una familia. Me di cuenta de que, aunque alguien sea muy pobre, también puede ahorrar y puede transformar su vida.
Cuando yo iba al supermercado siempre me compraba un chocolate, me gusta mucho, pero yo no sabía todo lo que implicaba producirlo: yo no sabía de dónde lo sacaban y nunca se me había ocurrido saberlo. Ahora ya aprendí cómo se llega a hacer la tablilla. Hemos aprendido en la cooperativa cómo se procesa el chocolate, también aprendí sobre la germinación, cómo se siembra la semilla, el abono, cómo se traslada a campo, el sistema radicular del cacao… todo eso no lo sabía. Aprendí que en 10 m2 yo puedo sembrar 4 árboles de coco, 9 de cacao y 9 de plátano. No sabía cómo distribuir el terreno, yo quizás solo hubiera sembrado 3 palos de cada uno.
Hay una marcada diferencia entre estar sentado en un pupitre escuchando al catedrático, y estar allá en el campo. Estoy pensando en pasarme a agroecología.
Me había propuesto trabajar como administrador de empresas, por eso estoy estudiando, luego quiero sacar una maestría en economía, esa siempre fue mi expectativa, pero después del proyecto hay que analizar la situación, ahora pienso que puedo ser el administrador de la cooperativa, sin olvidar la producción de cacao.”