-Escrito por Felipe Pilarte Pavón, Especialista en Métodos de Extensión y Manejo Integrado de Cultivos de ASA- Hoy retomamos el tema de la ECA (Escuelas de Campo para Agricultores) como plataforma de trabajo para facilitar la masificación de la teoría y la práctica en la restauración del agua y el suelo para la agricultura. En el proyecto ASA se utiliza la metodología de ECA para construir aprendizaje local. En Nicaragua, se han establecido 56 ECA, en las que participan 750 personas, de las que 243 conforman una red de promotores comunitarios. Esta red de promotores y productores es acompañada por 33 técnicos de campo. El propósito de la ECA es articular los conocimientos y experiencia de productores y técnicos para construir conocimientos y aprender a diseñar sistemas de producción que restauren suelos y cosechen agua para los cultivos y para las fuentes de agua. El equipo de aprendizaje cuestiona los sistemas de producción sobre su capacidad productiva y en relación con la degradación de los recursos suelo y agua para la agricultura. Del cuestionamiento surgen preguntas que los grupos transforman en experimentos o en investigaciones colectivas. Se conforman grupos de investigaciones para la búsqueda de respuestas y soluciones. La capacitación y el aprendizaje nuevo va forjando conciencia en el grupo sobre el estado del recurso suelo y agua para la agricultura. En el proceso de aprendizaje van construyendo sistemas de producción, que en la medida que avanzan se van haciendo más complejos, con el propósito de avaluar la viabilidad de restaurar suelo, cosechar agua y mejorar la producción.
Ya en el mes de septiembre publicamos un post, desde Nicaragua, sobre la ECA como espacio de aprendizaje. En aquel post, el equipo técnico de Nicaragua establecía los tres ejes sobre los que se desarrollan nuestras Escuelas de Campo, destacando que estos tres ejes coinciden con tres objetivos de aprendizaje claves para ASA: los conceptos del enfoque ASA, las prácticas agronómicas para la restauración de suelo y agua y, por último, métodos de observación y análisis para la toma de decisiones. Un mes más tarde, publicamos los resultados obtenidos en los experimentos realizados en ECA.
Hoy, sin embargo, reflexionamos sobre la eficiencia de esta metodología para difundir y masificar aprendizajes. En la experiencia de Nicaragua, al menos en el análisis sobre la implementación de la metodología en Yalagüina, observamos que la metodología cuenta entre sus bondades con un gran poder de multiplicación para difundir buenas prácticas.
En estas comunidades, se inició la primera ECA para la conservación del suelo en el año 2014. En aquella ocasión, la ECA contaba con 12 miembros y ocupaba una extensión de 1.2 ha para el aprendizaje colectivo. Un año más tarde, el número de participantes casi se triplica alcanzando 33 participantes. Y para el cuarto año ya contaban con 57 participantes, un aumento del 172 % sobre los participantes del segundo año.
El crecimiento en el número de participantes ya muestra la capacidad multiplicadora de la metodología en esta experiencia. Sin embargo, resulta mucho más sorprendente el aumento en el área de implementación de estas buenas prácticas. El segundo año de implementación, el área de aprendizaje ocupaba ya 6.6 ha; y durante el tercer año los 33 participantes de la ECA del año anterior habían aplicado lo aprendido en 61.86 ha con prácticas para la restauración de suelos en sus fincas. Para 2017, los técnicos de ASA contabilizábamos 57 familias implicadas en prácticas para la conservación de suelos, con una extensión que alcanza 102.18 ha. La fig 1 muestra de manera muy visual este impacto en estas comunidades.
La irradiación de estas prácticas se produjo por la labor de “campesino a campesino” que llevaron a cabo los integrantes de la ECA. Son resultados muy motivadores, aunque no tengamos un análisis pormenorizado de cuáles fueron las condiciones que contribuyeron a estos. Son resultados que nos invitan sin duda a continuar concentrando los esfuerzos en esta metodología con la esperanza de replicar esta experiencia.
Hoy traemos estos resultados a colación porque nos ofrecen la expectativa de que la metodología de ECA sea, no solo una metodología eficaz para la generación de aprendizajes, sino eficiente en la relación entre los recursos invertidos y los impactos obtenidos.