-Escrito por Mar Martín-
Nos sorprendió la claridad con la que don Santos explicaba el cambio de actitud para las prácticas de manejo de suelo y agua (ASA) en su parcela. Hoy queremos compartir este testimonio en el blog porque es la visión de los agricultores y las agricultoras innovadoras que nos inspiran. Son los protagonistas de la transformación de la agricultura de secano que estamos buscando.
Conocimos a don Santos durante una visita a un grupo de productores del municipio de Guaymango, con Rafael Chigüila, un técnico de Cáritas Santa Ana. Nos motivaba saber que, en esta misma zona, CRS podrá capitalizar las experiencias y aprendizajes de ASA con un nuevo programa (ALRI) y, a nuestro regreso, Paul Hicks nos animó a publicar este post.
Don Santos afirma que lo sustancial es que ha aprendido sobre el cuido, el tratamiento y el manejo que necesitan sus suelos. Con su testimonio, don Santos destaca la importancia del aprendizaje participativo con los técnicos, pero también nos señala un cambio de actitud para cuidar y conservar su suelo. Le pasamos la palabra a don Santos que lo explica mucho mejor que nosotros:
Don Santos ¿usted qué destacaría de su experiencia con ASA?
Como le decía, todo depende del cuido, el tratamiento y el manejo de los suelos. Antes no lo cuidábamos así. Para nosotros todo estaba bien, y resultados no teníamos con las cosechas.
Cuando los técnicos vinieron acá, vinieron con la intención de que nosotros mejoráramos los suelos. Hemos hecho análisis de suelos, y estamos experimentando en dos parcelitas: con tratamientos y prácticas diferentes, para ver la diferencia de los suelos. Es como nosotros hemos ido viendo la diferencia en las parcelas. Y es donde vemos que la tierra está falta de fósforo o de potasio o de calcio.
Al suelo no le dábamos el tratamiento adecuado
Yo lo que me he fijado es que ahora apliqué menos fertilizantes en las milpas; pero ha subido bastante la cosecha (rendimiento). Más antes, como le digo, poníamos de todo, aplicábamos más fertilizantes, y recogíamos menos cosecha porque al suelo no le dábamos el tratamiento adecuado. Entonces a mí lo que me dice eso, es que hemos logrado controlar el suelo. Yo le digo: cuando uno ve el fruto, allí es donde uno se mantiene con las nuevas cosas que nos proponen.
Entre las plantaciones viejas y las nuevas hemos cambiado hasta el modo en el que aplicamos el fertilizante. Hemos cambiado la cantidad y el tipo de fórmula que aplicamos. También cambiamos el momento de aplicarla, y el cambio de postura del abono. Entonces lo importante es que el suelo esté con el tratamiento que merece.
Aquella tierra quedaba pelona, sin rastrojo
Donde trabajo yo, allí era un suelo que al salir la cosecha, entraban los ganados. Aquella tierra quedaba pelona, sin rastrojo. Cuando volvíamos a cultivar esa milpa, para poderla levantar, aplicábamos hasta tres veces el abono que hoy aplicamos.
Antes, en esta época, la tierra era agrietada. Había rajaduras, de lo seca. Y hoy estoy viendo que, con el grueso de rastrojo, está bien suelta la tierra, bien diferente. Y con esto se espera que este año la siembra va a ser mejor.
Pero dependió, como le vuelvo a repetir, de los suelos y que hoy hemos tratado de cuidarlos. Esto nos ha llevado a cambiar, no solamente a decir “pues terminé de sacar mi cosecha y ahí que vea el suelo”. Hoy No. Hay que estar viendo la protección del suelo y mantenerlo. Ahora, lo que hacemos nosotros es que lo seguimos viendo, para tratar de que ese suelo se mantenga, que no entre el ganado y que la basura no se desperdicie; sino que se mantenga para que le ayude.
Y los abonos verdes…
También hemos usado lo que son los abonos verdes, como la Canavalia y el Gandul. Todo esto que ve ahora es abono verde. Aquí está retoñando y eso le guarda humedad al suelo. Faltan dos meses para venir a chapear, y le pasamos el corvo y ya todo queda en el suelo. Se chapoda y queda como cobertura. Es un elemento que le ayuda a proteger la tierra. La hoja que vota el abono verde, eso está fertilizando la tierra. Le ayuda a protegerse del sol, porque con el sol rápidamente se seca el suelo, y luego con la descompostura que tenga, la planta lo va absorbiendo y lo va abonando. En un suelo que no se hacen estas cosas, el cultivo se desarrolla bien pequeño y todo desnutrido. Pero, en cambio, ya con esto es diferente.
Ahora trabajamos la tierra todo el tiempo y evitamos que entre el ganado
Ahora trabajamos todo el tiempo en la tierra y evitamos que entre el ganado. Empezamos a trabajar con tiempo; porque hay que volar el rastrojo que ha vuelto a retoñar y esparcirlo. Eso en el invierno se va a podrir, se va a hacer tierra. Nos da más trabajo el suelo; pero es para nuestro bienestar porque se ve más el resultado. Cuando destuzamos el maíz queda el volcán de tusa. Antes, lo que hacíamos era quemar para limpiar. Ahora recojo esa tusa, se la riego a la parcela, ahí se pudre y sirve de abono para la tierra. Y entonces, cuando sembramos, la planta nace con un follaje muy precioso. Ahí es donde he notado yo la diferencia.
Lo que yo analicé es que el suelo lo que necesita es el rastrojo; porque ya el año pasado no le entró ganado y se mantuvo. Y aunque sólo le cayeron dos aguajes; los aguajes mantuvieron humedad por muchos días, y como estaba protegido por el rastrojo, costó para que el suelo se secara. Hay más humedad para el cultivo.
Antes quemábamos sin darnos cuenta de que estábamos terminando el suelo
Nosotros antes quemábamos porque para nosotros eso era lo mejor. Pero ya cuando se decidía a la siembra; aquello estaba pelón. Y, según pensábamos nosotros, lo mejor era quitar ese basurón; sin darnos cuenta que no funcionaba, sin darnos cuenta que estábamos terminando el suelo. Ya hoy se ha luchado en eso de mantener los rastrojos; porque hay muchas preguntas que uno desconoce y en los estudios y apoyo de los técnicos es que uno puede saber.
El cuidado de los suelos es mantenerlos con basura; e incluso cuando alguien suelta animales afuera, ver que nadie meta animales en su parcela. Mantener el suelo es que, cuando llega el tiempo de las siembras, ese suelo tiene que dar muestras de que está en buen estado.
Nos ha ayudado para cosechar más
Con el manejo que le hemos dado al suelo, nosotros en 12 tareas hemos recogido lo de una manzana (16 tareas). Y lo que nos ha ayudado es aprender el manejo del suelo. Hemos aprendido, a través de los técnicos, cómo trabajar los suelos. También hemos aprendido con la siembra de maicillo, que nosotros para que abunde más echamos muchos granos. El técnico nos dijo “siembren 4”, y hemos visto la diferencia. No es lo mismo echarle 6 o 7 que echarle 4 granos por postura, porque la planta logra desarrollar bien. Hemos visto la diferencia.
Hemos aprendido a cultivar mejor y lo que es el tramo de calles, nosotros decimos “cuanto más cerca está la siembra más tupido es y mejor es”, y no es así. Entonces cambiamos la medida para que las plantas alcancen a desarrollar mejor. Tener mejores milpas. Nosotros más antes, creíamos que hacíamos las cosas bien. Pero los técnicos nos han orientado. Uno va viendo el cambio en el desarrollo de la siembra. En el frijol igual. Nosotros sembrábamos, y usábamos en una tarea de frijol, hasta una arroba de granos. Y a nosotros lo que nos gustaba ver era aquel frijolar espeso, pero de fruto no daba. Y como dicen ellos, es por el mismo calor, la flor no brota, no cuaja, y allí hemos visto. Hemos andado en gira por San Pedro Puxtla en unos frijolares, que hasta admirado se queda uno al verlo. Y eso nos ha ayudado mucho a trabajar mejor los suelos. Tratar los suelos mejor.