RECONDUCIR LA AGRICULTURA A LA NATURALEZA
Esta semana la lectura recomendada nos llega de Paul Hicks, pero se trata de un artículo publicado por un antiguo colaborador de ASA, Daniel Moss[1]. Bringing Farming Back to Nature nos recuerda que “cultivar la tierra como si la naturaleza no importara” ha sido el modelo durante los últimos 75 años. Los resultados de este modelo han derivado en la degradación del suelo, la contaminación del agua y la crisis de la agricultura familiar. Como respuesta, surge un nuevo modelo “que combina innovación y tradición”, la agroecología, un movimiento fragmentado pero que despega globalmente.
Daniel Moss nos explica que la agroecología, simplemente se propone “aprovechar al máximo los activos de la naturaleza”. El mercado alimentario está dominado por gigantes corporaciones con un enfoque industrial, que padecen “adicción a los productos químicos y al monocultivo”. Un nuevo planteamiento para la contabilidad de costos nos acerca a los “costos reales” de una alimentación aparentemente “barata”. “El mundo está despertando a los costos reales del enfoque industrial que define gran parte de nuestra agricultura”. En efecto, comenzamos a reconocer la “contribución de la agricultura industrial a la erosión del suelo, el cambio climático y la salud pública”. Ilustrándolo con ejemplos concretos, Daniel Moss afirma que “cada vez más países, impulsados por redes de pequeños y medianos agricultores como La Vía Campesina, están cambiando activamente a políticas e inversiones para respaldar los sistemas alimentarios agroecológicos”.
Finalmente, el artículo recuerda que la agroecología se fundamenta en la ciencia y en la experimentación; pero mantiene una firme conexión con la práctica de los agricultores. Existen análisis científicos sobre el rendimiento de sistemas agroecológicos; pero hay que tener en cuenta que no solamente estamos midiendo quintales y calorías: “sino también cómo los alimentos nutren a las personas mientras regeneran el suelo y el agua, y ayudan a más agricultores a ganarse la vida”.
Las técnicas agroecológicas secuestran carbono; fomentan la diversificación, regeneran la ecología del suelo; preservar las variedades locales; sostienen el alimento, la cultura, las personas, las empresas y el empleo local. La agroecología no es solamente un conjunto de prácticas; es un espíritu que incita a definir lo que un sistema alimentario realmente debería ser. Si quieres conocer más, te invitamos a leer el artículo de Daniel Moss, también te recomendamos la página de FAO sobre agroecología, que el mismo autor nos recomienda arriba.
[1] Daniel Moss es, actualmente, director ejecutivo del Fondo de AgroEcología, fundación que respalda las prácticas y políticas agroecológicas.