-Escrito por Jorge Luis Quintanilla, Cáritas Santa Ana, Raíces Ahuachapan- Este día visitamos El Araba de Romero, una finca donde unos jóvenes, junto a su padre, han decidido poner en práctica un enfoque diferente. Ellos están practicando una agricultura basada en cambios que aumentan la productividad y la rentabilidad de su finca; pero también son consecuentes y contribuyen a mejorar el medioambiente.
Conscientes de su innovación, nos invitaron a conocer sus logros en el cultivo de caña de azúcar y de arroz. Recordemos que el primero de estos cultivos, la caña de azúcar, es considerado como uno de los principales causantes de la degradación de los suelos y que no resulta en absoluto amigable con el medioambiente. Mientras tanto, el arroz, se trata de un cultivo que se está abandonando por su baja rentabilidad y ser muy susceptible al cambio climático.
Para exponer cuáles han sido sus logros y sus pasos en este proceso, ellos invitaron a técnicos del ingenio La Magdalena, al equipo de Raíces Ahuachapán y como representantes de los agricultores del territorio invitaron a los directivos de dos cooperativas importantes de Ahuachapán: El Jícaro y San Reymundo.
Manuelito, de 21 años, es agrónomo. Fue él, junto a Luis Enrique de 16 años, quienes explicaron cómo han logrado casi duplicar la productividad en ambos cultivos. En sus palabras parece simple y coherente con la lógica del agricultor: uso eficiente del agua utilizando cultivos de cobertura y manejo del agua, calendarización del tiempo de siembra, aumento de la densidad de siembra para utilizar menos terreno y obtener más producción y, principalmente, disminución del uso de agroquímicos. Además, es una finca productora de miel de abeja que exige prácticas amigables, de lo contrario, cómo explico Luis Enrique, ya se hubieran muerto las abejas.
Motivados por su éxito, estos jóvenes desean que estas prácticas puedan ser adoptadas por otros, trabajando colaborativamente el ingenio, las unidades medioambientales en las alcaldías, el equipo de Raíces y, principalmente, los agricultores que este día se han ido esperanzados. Como nos estimuló Luis Enrique: “estas son las tierras más difíciles de trabajar de la zona y, miren, hemos logrado hacerlas producir, y en abundancia, qué no podrán hacer ustedes con tierras en mejores condiciones”.
El entusiasmo de los jóvenes y el relevo generacional que representan demuestra que existen cambios que pueden favorecer el retorno de los jóvenes a la agricultura y convertir el campo en un lugar que pueda ofrecer oportunidades para los jóvenes.