-Escrito por Jack Alexander, experto internacional en monitoreo de vegetación, y traducido por Byron Castro- Para recibir capacitación sobre botánica local, recolección de datos científicos y planificación de restauración ecológica se reunieron doce jóvenes profesionales de las comunidades donde trabaja el proyecto Raíces Ahuchapán en la cooperativa El Jícaro. El objetivo era que estos jóvenes líderes, que tendrán un rol en el desarrollo presente y futuro de su comunidad (y rejuvenecerán la agricultura), aprendan a identificar plantas, así como su función ecológica y restaurativa para que las propuestas restaurativas promuevan las funciones ecológicas que se buscan. La recolección de datos ayudará a las comunidades a comprender las necesidades de su zona y el impacto de nuestras acciones sobre ella, un impacto para el que será clave una buena planificación.
Capacitadores acreditados
En estas capacitaciones contamos con profesionales que muestran más de 35 años de experiencia en restauración ecológica a nivel internacional: el botánico salvadoreño Frank Sullyvan, el experto internacional en monitoreo de vegetación Jack Alexander y el especialista internacional en prácticas restaurativas David Gandhi.
La identificación de plantas y especies
El propósito del taller era educar a los participantes en las habilidades necesarias para trabajar como técnicos agrícolas profesionales. Cada día incluía sesiones para la identificación de plantas, ya que ser capaz de distinguir entre especies sirve de base para el monitoreo técnico. Además de identificar más de 25 especies, a los estudiantes se les enseñó a manejar referencias para la identificación de otras especies en el campo. Los estudiantes también comenzaron sus propios registros, con catálogos de fotos.
Siempre pensando como una gota de lluvia
Los jóvenes se familiarizaron con 6 protocolos científicos, es decir metodologías de recolección de datos sobre coberturas vegetativas para el análisis y diagnóstico de un área definida. Cada uno de estos protocolos incluía la productividad, densidad y altura de las plantas. Siguiendo el camino de una gota de lluvia desde el cielo hasta la superficie del suelo, los estudiantes identificaban cada una de las capas de plantas, hojarasca, rocas y suelo en las que una gota pudiera golpear al caer en tierra. Con este método, identificaron hasta 5 capas para cada una de las 25 muestras en cada línea. La propuesta metodológica es que los estudiantes “piensen como una gota de lluvia” y, gracias a este innovador punto de vista, los participantes comprendieron la importancia de que siempre se comiencen las prácticas de restauración desde la parte alta de la zona de intervención. El nuevo punto de vista se centra en el impacto de la gota de lluvia y en cómo podemos trabajar para minimizar su impacto y maximizar su beneficio (un propósito relacionado con el concepto de agua verde).
El fundamento pedagógico para enseñar ciencia compleja pero comprensibleEl fundamento pedagógico de la capacitación respondía a tres preguntas: ¿Qué? ¿Cómo? y ¿Por qué? Los estudiantes aprendieron este complicado procedimiento paso a paso. A medida que avanzaban las tres semanas de capacitación, la dificultad de cada protocolo aumentaba y fueron construyendo el conocimiento progresivamente, enfrentándose paulatinamente a la complejidad y comprendiendo en cada paso lo que estaban haciendo, cómo lo hacían y por qué lo hacían. Esta experiencia demuestra que la complejidad no es una barrera para la población de las comunidades y que es posible comprender un proceso sistémico si comprendemos paulatinamente las partes del proceso. En palabras de uno de los estudiantes: “Estamos conscientes de que lo que hemos aprendimos en esta capacitación es solo un pedacito en comparación con todo el mundo que debemos conocer en cuanto a monitoreo de vegetación, pero hemos dado el primer paso y como dice Jack: la ciencia se vuelve fácil cuando la hacemos paso a paso”.
Una evaluación práctica que demuestra que están listos para liderar la restauración de su paisajeLa evaluación final de los alumnos consistió en un ejercicio práctico. Ellos establecieron su propia línea de muestra y ejecutaron cada protocolo, mientras lo describían ante los miembros directivos de la cooperativa. También realizaron diagnósticos visuales de potenciales zonas de intervención, proponiendo actividades que se podrían realizar y, bajo consenso, sembraron en curvas a nivel, incorporaron barreras vivas dentro de las parcelas y establecieron obras verdes con materiales locales para el control de erosión de cárcavas y surcos. Todos superaron la evaluación, todos sobresalieron, no solo técnicamente; sino también a la hora de explicar el propósito de cada protocolo y la intervención (utilizando las 3 preguntas).
Próximos pasos para planificar la restauración en sus comunidadesCRS, CARITAS y los instructores agradecemos a las cooperativas de El Jícaro y San Raymundo, y a los 12 nuevos científicos, por su dedicación, atención y arduo trabajo durante la semana.
En los próximos meses estos jóvenes estarán realizando una línea base de las coberturas vegetales en sus comunidades con documentación fotográfica, antes de realizar planes de restauración con el equipo técnico de Raíces. Estos jóvenes han seleccionado áreas donde van a realizar intervenciones de restauración, en estas áreas elaborarán la línea base de cobertura vegetativa (recolectando datos sobre la cantidad de material vegetativo) para realizar un plan de restauración.
Este grupo está trabajando con el proyecto, como jóvenes líderes de su comunidad. En la actualidad, Raíces está formulando un programa de pasantías para preparar a esta próxima generación de agricultores y líderes en sus comunidades. Como afirma Bayron Alejandro: “Estamos ansiosos de poner en práctica todo el conocimiento que se nos compartió”.