-Escrito por Kraig Kraft originalmente para Coffeelands-
En los últimos 36 meses, la industria del café ha visto una ola de fusiones recorrer el sector minorista / manufacturero y nosotros, en el banquillo, hemos estado tratando de averiguar qué significa todo esto (ver la gran charla de Sara Morrocchi en Re: co Dublin el año pasado). Mientras que algunos argumentaron que la fusión iba a ser mala para los agricultores, otros opinaron que esto era un signo de un sector maduro, siguiendo la tendencia de muchas otras empresas. Las empresas más grandes necesitan adquisiciones para continuar su crecimiento, mientras que muchos equipos medianos o pequeños necesitan flujos de capital y una gestión más experimentada para llevarlos al siguiente nivel de crecimiento o impacto.
El cambiante panorama minorista también sufrió cambios en áreas vinculadas, el último fue la certificación del café. UTZ y Rainforest Alliance, posiblemente las mayores certificaciones de sostenibilidad para el café, se están fusionando. De hecho, no sólo están fusionando sus programas de certificación; sino que todas sus estructuras organizativas se fusionan. Esta ONG conjunta mantendrá el nombre Rainforest Alliance, y para 2019 habrá un nuevo estándar de certificación para el café y otros cultivos.
Creo que este es un gran paso por ambas organizaciones, aunque claramente una decisión radical. Sin embargo, dará a la nueva organización la oportunidad de ser innovadora en el abordaje de la sostenibilidad en el café. Personalmente, interpreto la fusión como una respuesta a varias cuestiones:
- Consolidación de los minoristas de café.
Nestlé y JAB representan más del 33% del sector minorista mundial de café. Existen menos compañías grandes que compren café certificado y, por lo tanto, hay una competencia creciente para un número más pequeño de clientes potenciales. Estos clientes (tostadores, importadores, exportadores) también están empezando a diseñar y llevar a cabo sus propios estándares de sostenibilidad, a través de pautas de abastecimiento específicas de la empresa, y pueden poner menos énfasis en la certificación.
- Nuevas herramientas para construir la sostenibilidad en el sector cafetalero.
Las certificaciones voluntarias de terceros fueron, en un tiempo, la mejor (o única) herramienta que la industria tuvo para generar impacto en los orígenes de su cadena de suministro: el medioambiente, los ingresos de los agricultores y cómo los ingresos son compartidos entre los miembros cooperativos. Sin embargo, hoy en día, muchos tostadores, importadores y exportadores tienen sus propios planes de sostenibilidad y realizan sus propias inversiones directas en origen. Además, hemos visto el surgimiento de plataformas de múltiples partes interesadas, que buscan alinear diferentes actores e inversiones en sostenibilidad -el Desafío del Café Sostenible, la Plataforma Mundial del Café y la Plataforma SAFE del BID-. A la luz de estos nuevos enfoques, más directos y colaborativos, las certificaciones suenan un poco trasnochadas.
- Entorno político actual hacia el cambio climático.
La fusión es también una respuesta al ambiente político actual de Estados Unidos para el cambio climático y la sostenibilidad en general. En noviembre de 2016, en la reunión de USAID para el lanzamiento de Feed the Future fundada como una Alianza para el Café Resiliente climáticamente inteligente, Bambi Semroc hizo una declaración muy profética:
“En el entorno político actual, tendrán que ser las empresas privadas quienes lideren la lucha contra el cambio climático …”
Bambi abrió sus comentarios señalando la necesidad de reunir a todos en la mesa, pero destacando que la voz que se escuchará en la actual administración será la del sector privado. No creo que previera el abandono del Tratado de París por parte de EEUU, en el momento en que lo dijo; pero Bambi introdujo un gran punto. Las empresas privadas vinculadas al sector cafetero ahora deben liderar cómo hacer de este cultivo un producto sostenible. La nueva superONG que se formará como resultado de la fusión R.A. y UTZ estará bien posicionada para desempeñar un papel de liderazgo en este contexto político actual.
Mi esperanza es que la nueva Rainforest Alliance aproveche esta tremenda oportunidad frente a ellos. Cada organización aporta sus fortalezas a la mesa: R.A. con su conservación ambiental, su saber hacer y su valiosa marca; y UTZ con su fuerte perspicacia empresarial. Al unir fuerzas, estas organizaciones serán más efectivas en su misión de encontrar un equilibrio entre las necesidades de la producción agrícola, la conservación del medioambiente y la restauración de los servicios ambientales. La oportunidad de oro ante ellos es reimaginar el sistema de certificación y abordar algunas de las debilidades actuales del sistema, que incluyen, entre otras: 1) las estructuras de costos, especialmente para los agricultores; 2) los conflictos de intereses derivados de los supervisores / auditores que prestan asistencia técnica; 3) una transparencia limitada en la cadena de ventas y demanda certificada; y 4) el impacto limitado sobre la productividad y la pobreza.
Para terminar, quisiera citar a uno de mis colegas, Rick Jones, que trabaja en el tratamiento de la violencia sistémica en El Salvador: una de sus estrategias para influir en los demás y encontrar consenso y nuevas soluciones es “reunir aliados improbables en espacios improbables”. El entorno actual requiere innovación y traer a los ex competidores a una nueva organización diseñada para “abordar temas ambientales y sociales alrededor del mundo; Incluyendo el cambio climático, la deforestación, la pobreza y la agricultura no sostenible“. Este es un primer paso hacia el rediseño de sistemas de incentivos que puedan promover y fomentar la sostenibilidad para los productores de café. Les deseo lo mejor en este importante viaje.
Nota- En interés de la mayor transparencia, el autor es miembro del Comité de Normas UTZ